viernes, 8 de abril de 2011

Y vos ya sabés


Desde temprano vengo aplazando, aplazando lo que tengo que hacer, hasta que finalmente a las cuatro digo en forma de advertencia que me voy a otra ciudad. Esa idea a papás no les ha gustado para nada, que hasta muy peligroso puede ser, pero igual me despiden bien. Salgo de casa.

En el módulo de ladrillos caravista la ventana se mece sedienta…

Espero que la abuelita me traiga en una fuente de aluminio varios pacos de color rojo, nadie puede escaparse de la publicidad, el rojo es por CLARO. Escojo un paco y le digo ciao a la abuelita.

En la casa de mala vida, el recuerdo se hace pesadilla…

Desmoñando, caminando, mente en blanco, tal vez algo asustado, asustado por quién vaya a descubrir que ando por la ciudad caminando desmoñando. Por la legalización. Ya no recuerdo que estoy asustado, más bien ando algo nervioso y en el retrovisor del carro donde voy me acomodo el moño, hay que sobarse la cresta para un costado. Desmoñando.

Habrá llegado el momento de saltar al sueño…

En el paradero espero… Quiero esperar sentado pero no logro convencerme del todo si es que como un buen caballero, debo mantenerme al tanto, al acecho.

Esperando, esperando…

- ¿Has fumado?
- ¡Qué buenas primeras palabras!

Canturreando íbamos por Ardech.

A tu hombre te lo cargas a palos mientras repito en nota aguda: Puta no sé - no sé puta. Métele más golpes. Dices: ¿Qué?

God save the queen

En mi cabeza, tus venas. El zigzagueo de lisuras, la lumbre en un puente y la tácita contracultura llevarán a que desde mañana, un pachuco sea lo que yo soy. Tu voz, se me está quedando convirtiéndose en dios mientras que England duerme. No sabía que ahora a una universidad, le tapaba un supermercado.

Volverás.

(*) El germen es Cortázar, el manganzón.


No hay comentarios:

Publicar un comentario