sábado, 31 de diciembre de 2011

Contorno



Lo bueno de los fines de año es que para algunos (para quienes contamos los períodos por años) resulta que es un borrar casete, no el del año recién pasado, sino el antepasado. Ahora el resumen de hechos, la anécdota y los pasos chuecos en el frío de la universidad en medio de la Carretera a Pimentel serán contados a continuación. Los movimientos ocasionados y resueltos a través de la causa y efecto de lo inevitable. El proceso hoy contado que empezó hace un año en las playas de Pimentel en medio de otro recuento de hechos, dejando sentado que una etapa se cerraba y una nueva se abría. La canción y el tratamiento personal para lograr recuperar el lugar que hemos dejado escapar y el asentamiento definitivo en Chiclayo, la confirmación que me salí, que empecé de cero, como el inicio de un horizonte nuevo, “un new man- carnalito”. No interesan las cosas vacías, las que están de más y las que causan tormenta.

Conocer el sentido de la arquitectura a través de buenos amigos. El arquitecto Eduardo Itabashi y mi deuda pendiente, para conmigo mismo, de seguirle el ejemplo. La elección de la búsqueda filosófica y el pensamiento desbaratado o armado a través de la lógica. Nunca antes me había salido tanto de Matrix -hombre. Una forma y actitud frente a la vida. La indolencia de ser racionalista, materialista y funcionalista, el logro de haber roto con tantas amarras que se me ponían delante; y que casito –casito- diría que yo mismo buscaba que me amarraran. La liberación ya está resuelta. El sentimiento domado, la soledad anhelada y los pasos aún algo inseguros en la arena de playa Pimentel, pero que cada día se sienten más serenos, y los pies desnudos sintiendo el traspaso, el cambio de texturas, el cambio de piel de un camino: el carro, el concreto con sus piedras en la pista, la vereda lisa, otra vez el concreto de la pista, otra vez la vereda lisa, la arena, la arena húmeda, la remera; aunque han sido menos en este año, las veces que me han encontrado en la playa los recuerdos, ya habrá oportunidad de ir, más cuando se acerca el verano y el recuento del venidero Enero, febrero, Marzo, el retorno a la carrera “como deseo intelectual”, y como la posibilidad de que tenemos varios de lograr transformarnos, darnos un sentido, darles un sentido a más hombres y encontrarle un sentido a nuestras vidas, pasajeras y variadas según como lo mire el viviente, pero que se resuelve al final con la búsqueda de una calma reposada, una anhelada típica existencia.

(*)Foto: CHIHUÁN, Rafael. CÓRDOVA, Pedro.


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