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Índice
- ¿Quién soy? (2)
- Arquitectura (24)
- Dibujo (89)
- Literatura (116)
- Los estudiantes (58)
- Opinión (22)
- P H O T O G R A P H Y (64)
jueves, 30 de diciembre de 2010
jueves, 23 de diciembre de 2010
Gutiérrez
Jueves veintitrés de diciembre. Desde el lunes, hace que he aterrizado por aquí. Aún están tibias las maletas que trajo consigo Kristal y yo no he dejado de sentir ese movimiento interior que me incita a desplazarme. Mientras hojeo revistas camuflándome delante de todos veo el tránsito de toda la gente. Van vienen, otra vez van. Hay reuniones familiares de los que apellidan Gutiérrez, para hablar de navidad y saludarse entre los que han venido desde otras ciudades (donde sí se es feliz) para llegar finalmente hasta aquí, a esta fucking city (con cariño obviamente). Se ha decidido que la navidad venga a pasarse por estos lares. Van vienen, otra vez van. Ya terminé de leer la tercera revista y la he dejado caer sobre la mesa. Miro la hora para contar el camino que falta para el siguiente movimiento: cuarenta y cinco horas es lo que es. Hay que mantener las formas hasta ese momento. Navidad, navidad. En la Tierra y el mar.
- Jajajá
lunes, 20 de diciembre de 2010
STAY POSITIVE
La señora aunque de mala gana, accedió finalmente prepararme una taza de café. Voy puntualizando cosas en mi mente: no estoy saliendo apurado y al parecer no estoy dejando cosas olvidadas o asuntos pendientes; es más, estoy saliendo de antemano para no sentirme acelerar, es temprano. Ya en la agencia, compro el pasaje (que por "fiestitas" se ha incrementado) y espero muy tranquilo y de buenos ánimos, volver a esa tierra que ya es para mí, lejana y desierta: Piura.
He venido dormido, y aún así, el viaje se ha sentido muy largo, y es que también por "fiestitas", los carros deben de ir más despacio para evitar accidentes. "¡Vaya mierda!" - pienso; tres horas después recién puedo verme con papá; saludándonos. Hace un calor del carajo.
Después de saludar a papá(y luego que me haya invitado una aza de café negro amargado) he subido a mi antiguo cuarto, cada vez parece más ajeno, más extraño. Abro las ventanas grandes y me paseo por el balcón (está todo empolvado). Trato de no perturbarme con recuerdos dolorosos, pues después de todo es un lunes hermoso. Un día maravilloso de acomodarme en la vieja casa de papás.
Doce minutos después de haber llegado a Piura (y sólo después de saludar a papá, y que me haya invitado una taza de café negro amargado) salgo para el lado opuesto de la ciudad. Al toque nomas he llegado a donde quiero. Un tipo que para mí es conocido es el que me atiende. No me sorprende que sea él ahora quien venda la hierba y demás (ya nada me sorprende). Lo que sigue es lo de siempre: le entrego el dinero, me da la hierba. Me da consejo: "Guárdatelo bien, anda con cuidado", y yo digo: "Ya". Después de esto me voy. Mientras camino no puedo evitar pensar en algo gracioso: ¿Cómo puede alguien -después de un tiempo- terminar trabajando, en el local donde antes ibas a comprar? ¿Es que acaso vas y le dices al dueño: ¿señor no tendrá un trabajito para mí? ¿no querrá que le atienda a la clientela?. Jajajá no disimulo en mi cara el estallido de risas. Qué gracioso por dios, no entiendo cómo es que ese pobre tipo a ha llegado hasta ese nada elegante puesto...
Recién voy una hora en Piura; y según veo -mientras le acaricio la panza blanca a mi gato heredero- que ya no tengo porqué salir más. Que ya tengo todo lo necesario: la casa, los padres, las hermanas que mañana se juntan, la panza blanca de mi gato heredero, mi verde almendro y una fresquita hierba que en otros lugares del mundo dicen que es santa, maría-juana. Pienso en Free. Libre.
Que bien viene el verano cuando a uno lo encuentran fresco.
Soundtrack: Hierba Mala, Tierra Sur.
domingo, 19 de diciembre de 2010
Vida Nueva
Ha sido un día en líneas generales bueno: la amistad de Maco y Odar, las posibilidades de contar-les mis historias, la obtención de riquísima marihuana (aunque ahora ya no tenga las mismas ganas de fumar que antes), el calor de hoy y lo fresco ayer; todo, todo ha sido tan bello, que cito un pedazo de mi más querido libro viejo:
“El único inconveniente es que (… ) quizá no pueda elegir el país donde quisiera quedarme. Me da lo mismo, pues en cualquier lugar donde viva, en poco tiempo me habré ganado la estima y la confianza de la población y de las autoridades por mi manera de vivir, que debe ser y será irreprochable. Mejor aún: ejemplar".
Así es, ejemplar. Esa será mi nueva vida desde hoy cuando desperté para nunca más caer, cuando no daré ni un paso atrás ni para abajo. Donde la única idea será, o subir, o avanzar. Nada más. Acá, en la Universidad, en arquitectura, en letras amarrar. Sí! Haré todo bien, con la palabra amistad sumada al mar y a la casa de papás. Sí, así será. Estaré bien y ya no buscaré nada que esté fuera de mis manos. Claro que sí.
Comeré frutas y disminuiré los empaquetados; sí, compraré frutas de color naranja: mandarinas. ¡Sí, qué feliz! Y al escribir –de negro- afirmaré bien el color. Presionaré todo lo que pueda para que, las letras tengan su nivel, que al acariciar las hojas, sienta placer y texturas hechas a punto de sudor y piel; me siento bien. El final del “dosmildiez” me va a agarrar muy, muy bien. ¡Sí! Sólo para confirmar bien un buen final, debo prestar atención en asuntos muy puntuales: aprobar números, informar a papás sobre Taller, y luchar por conseguir una vacante para que me dicten dibujo III en verano.
He pensado de hecho escribirle una carta impecable dirigida a papá, explicándole sobre mi paso por la universidad, mi situación actual y cómo hemos avanzado. Perdón, cómo yo he avanzado, abrazando la carrera de arquitectura.
Sí, esas cosas puntuales respecto a la universidad. Pues el resto de cursos (aunque con las justas) lo que importas es que los aprobé y nunca más los volveré a ver; son caso cerrado. Aprobados. Oh yes! Estamos en la hora de pensar calmados, ligeros. PEDRO! PEDRO! PEDRO!
http://www.youtube.com/watch?v=UX2jrWifKak
Metallica en la foto
sábado, 18 de diciembre de 2010
Trance, no nada
No recuerdo nada fuera de este trance. Ala, es indescriptible. “No nada”. Ala.
No recuerdo nada ni quiero intentarlo, da flojera. Cagado. Ala. “No nada”.
No sé qué día estamos, ósea sí sé (estamos a jueves). Pero es que no siento, no siento nada. “No nada”.
No sé qué hacer. Pero no hay nada -ni quiero que haya nada- aparte de este trance.
No recuerdo nada ni quiero intentarlo, da flojera. Cagado. Ala. “No nada”.
No sé qué día estamos, ósea sí sé (estamos a jueves). Pero es que no siento, no siento nada. “No nada”.
No sé qué hacer. Pero no hay nada -ni quiero que haya nada- aparte de este trance.
No nada.
viernes, 17 de diciembre de 2010
Leandro
Mañana es sábado, así que tendré que levantarme temprano si es que quiero entrar a clases. Siempre –los sábados- al empezar estoy bien. Clases bajo control y ahí, cerquita Sandra; de quien me encanta su compañía. También es genail llevar el curso con Leandro, es un súper cague de risa. Indignado en son de broma, reclama por la falta de ganas de todos. Se rié, Leandro es genial. Acaba la clases. Pensaré en los siguientes pasos que daré.
Cuando se acaba la marihuana.
Cuando se acaba la pava, la marihuana.
Cuando estoy muy locazo, pienso que ya me aburre fumar –a cada instante- hierba. Pero cuando -ésta- finalmente se acaba, siento algo raro, como miedo, como nervios(como sucede ahora) cuando la ansiedad no va a parar hasta que dentro de nueve horas (cuando amanezca) pueda ir al lugar adecuado para escoger cuánta hierba quiero llevar. Sí, sólo así estaré aliviado; en ese momento cuando esté seguro de que podré modificar según quiera mis pensamientos: o aligerarlos o perderlos; sólo ahí estaré bien.
>> Calor
martes, 14 de diciembre de 2010
MARIO VARGAS LLOSA
Más o menos, le escuche así:
"La literatura es una mentira que encubre una verdad.
Es la insatisfación frente a una vida apremiante y rutinaria.
La literatura es el mundo que queremos, es donde sí podemos ser felices;
y como no existe, entonces hay que crearlo.
La literatura se vuelve el ideal de vida que todos los hombres
de una misma época quisieron vivir.
(pero) La literatura es más. Mucho más.
...Es la vida que no fue".
Siete de octubre: Jueves. El profesor de núnmeros, entra diciendo déspota: "Si saben no? que en la Madrugada Vargas Llosa ha recibido la noticia. Nobel!". Dos meses después. Siete de diciembre, martes. Vargas Llosa da su discurso a la Academia Sueca y al mundo. Con la voz quebrada, el hombre dijo refiriéndose a la mujer: "Ella todo lo hace, y todo lo hace bien".
>> Mi época, la que me tocó vivir.
miércoles, 8 de diciembre de 2010
Yeee!
Caminando en dirección a la universidad he ido por la carretera fumando y cantando. A la altura de Los Sauces apago el porrito y lo guardo en una cajita. Entro entonces a la universidad. El resto del camino –desde el pórtico- hasta mi salón lo he hecho corriendo. El arquitecto me deja entrar.
Ya están casi todos, pero aún no se empieza la clase. En el aire se siente ese bonito ánimo ligero de saber que pronto acaba el ciclo universitario. Hacia las nueve de la mañana empezamos la cátedra. He estado aburrido (sin que esto signifique mal) así que no me sentido del todo cómodo. Todo el rato he buscado a alguien con quién relajarme: primero fue Sandrita, ella terminaba su lámina mientras de rato en rato se quedaba con la boca abierta, mientras le contaba todita la historia de amor que tuve con quien fue mi amada. No sé exactamente después de cuánto tiempo he vuelto a recordar con tanto detalle y con tanta nostalgia cada recuerdo que me mantenía unido a ella. En el transcurso de la clase no me encuentro. Las horas pasan. De rato en rato, me paro de mi tablero y doy un par de vueltas por el salón (siempre termino llegando hasta donde está Sandra). El arquitecto, entonces pregunta: “¿Ya acabaste Córdova?”. Vuelvo a mi tablero repitiéndome en bajito, la misma pregunta-frase: “¿Ya acabaste Córdova?”
Después, de rato en rato voy hasta dónde esta dibujando Leandro. Decido con este salirnos un ratito de la universidad. Compra un “Lucky Strike” convertible (de los que fumaba ella) y caminamos unas cuadritas hasta Sauces. Por mi parte, del bolsillo, saco una cajita hermética: la pava (han sido unos hitzazos).
Ya el resto de la clase me la he pasado relajado al costado de las ventanas y del viento. De rato en rato, Yessenia viene hasta mi tablero a tratar de ser amigable. Ahora a mi ya me da igual ella también. Acaba la clase temprano. Salgo de la U. En el aire se siente ese bonito ánimo ligero de saber que pronto acaba el ciclo universitario.
Por la carretera con sol, pienso en mi salvación.
Oh Dios.
Bien!!
Me levanté luego que Maco me llamara para peguntarme no sé qué.
Desayuno y decido ir al nueve. Quiero que todo me salga bien… para empezar, el desayuno ha sido rico. De mi cuarto camino a la cocina para buscar a la señora. Le digo que voy a salir un ratito (la señora me mira nomás).
Ahora camino unos pasos a la carretera. A l toque ha venido un carro, me da igual tomar cualquiera, pues todos pasan por yo donde voy. El viaje es menos de lo que puede llamarse un ratito. Al toque llego.
En el mercadito que está cerca del hueco (y por donde cruzo) hay una actividad respecto a las elecciones regionales que se llevarán a cabo mañana en Lambayeque y en otras ocho regiones más del país. La actividad la organiza el Jurado Electoral de Elecciones. El eslogan es: “Por un voto consciente”. Pienso que tengo que fruncir el ceño. Avanzo.
Ya en la ventanita donde venden la hierba, pregunto si es que hay wiros. De lo más normal, me contestan –desde adentro- que sí.
A pesar de que eso quería escuchar (que sí hayan wiros), igual me sorprendió, luego de que tantos días no hubiera nada de hierba en la ciudad. Saco la cuenta: hace quince días que no venía por acá. Al parecer nada cambia por aquí. Decido entonces volver a la realidad, al momento que se está sucediendo…
- ¿Hay wiros?
- Sí
- Dame dos bolsitas.
- Son seis soles.
- Ya
Espero unos segundos, me cogen el dinero y me entregan los paquetitos (dos). Digo otra vez. “Ya” y me voy.
Para salir de la ventanita, cruzo nuevamente con la actividad de “Concientización pro-elecciones”. Ahora los organizadores (el JEE) están regalándoles a los asistentes (y curiosos) polos y lapiceritos. Me voy.
Rápido nomás otra vez consigo carro. Y nomás en un abrir y cerrar de ojos ya estoy en la pensión. Mediodía. Lío un porro delgadito y lo fuma sin polos (y sin lapiceritos) de espaldas al sol.
Está rica la hierba.
Ordeno la habitación. Voy a ser feliz. Perdón, corrección. Voy a seguir siendo feliz.
Debo visualizar. Debo visualizar que yo ya soy feliz.
ON *
martes, 7 de diciembre de 2010
lunes, 6 de diciembre de 2010
Aún soy yo
El lunes me he levantado temprano, y como ayer no me quedé dormido por haber marijuaneado tanto, hoy sí que amanecí bien.
A las seis y media me visto (pues siempre duermo desnudo) y me pongo –además- una chompa. Salgo a llamar. Amaneciendo (ya hay bastante movimiento, pienso que por lo cerca que vivo de la universidad).
Me contesta mi hermana totalmente desubicada: ¿Mi papá, pero para qué? ¿Qué quieres? ¿Plata?.
Mi padre habla cortésmente, diríase que hasta suena cariñoso, pero eso es imposible, hace años ya que ese hombre dejó de tener razones para sentir cariño por el hijo. No lo culpo. Hablamos un ratito y colgamos. Entro de nuevo a la pensión. Esta vez a la cocina. Siete y media.
Me siento enfrente de la señora mientras prepara el desayuno, veo como quiebra huevos, pica verduras y fríe con un sartén y con un plato. Me habla de los gastos que hay en la vida y me dice: “Hace un ratito nomás llamó tu mamá molesta diciendo: Dígale que ya le mandé la platita”. “No creo” le digo yo, “Tal vez, sólo hablo rapidito. Molesta no”. Siento que la señora Penélope se solidariza conmigo: “Tal vez está molesta por tus gastos, pero -ay- tu carrera es así pues”. Así por la mañana seguiré conversando por largo rato con la señora. Nos movemos ahora a la mesa del comedor. Conversando con la señora, ya no siento ningún apuro, por ir a ver si Itali me estará esperando en el punto indicado. Ya no tiene caso, ya son las ocho y aún desayunando, falta en la mesa, el relato de la señora hablando de las elecciones de ayer, acá en Chiclayo. “Ganó, ese hambriento de Acuña” –sentencia. Mientras yo: jajajá (salgo de la pensión). Mientras viajo al centro, no recuerdo si Itali, debía esperarme a las ocho o a las nueve; así que para tantear, llego hasta donde ella me debía esperar. Son exactamente las nueve. Itali no está. Voy al banco.
¡Qué cola tan larga! Espero. Retiro todo y salgo. Es increíble cuánto movimiento y flujo de personas hay en esta zona, este día y a esta hora. Extraño mucho a leer a Camus. Eso es lo que pienso mientras cruzo la pista del banco. “Camus ha muerto en un accidente de tránsito”. ¡Taxi!.
Llego al nueve y compro los Joints y antes de devolverme a la pensión me escucho diciendo: “Aló. ¿con Yúnior?”. Él me contesta y a todo dice que sí. Hoy ensayamos y a la mierda. Eso será, sólo después, del trámite de la hora del almuerzo. Cuelgo el auricular. “Bien Yúnior”.
Cuando entro a la pensión, acaricio la portada ya gasta de mi “PAPILLON”. Luego le pongo a un lado. Ordeno bonito la cama y he líado toda la hierba en sólo dos porros: uno que en un ratito ya estará por la mitad, y otro que será para más tarde en una ceremonia de rock. “Cuadrando”.
No extraño a Piura, porque quién era mi mujer,
ya no está.
No extraño a Piura, porque la plaza era mi lugar.
Hoy esa plaza, apesta.
Ya no extraño a Piura, porque mi gato era piurano.
Bubu tampoco está ya (y no porque no quiera).
No extraño Piura porque la verdad, hace tiempo cada vez que estoy allá,
Sólo quiero venirme a respirar el mar por acá.
No extraño Piura, porque juré nunca más regresar,
Porque quiero otro lugar.
“Fernández, no es epañol sino argentino. Es muy hombre,
un auténtico aventurero. Es nuestra voz en español.”
“Qué calor señor”.
“Qué calor señor”.
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