Gé + Ká = Esa familia inglesa es Greystocke
Gé + Ká = Greystocke es elverdadero apellido del Targanmani
Gé + ká = A los recuerdos de los insectos de Tarzán.
En días donde lo perdido fue guardado: papelitos finitos y prendedores. Escucho la canción que gracias a ti tuve que aprender a cantar aunque a la hora de la hora, me haya quedado callado en más de la mitad. Me gusta el estilo de berrinche que hace Lydon justo en el momento previo, y como loco dice: Yo tengo una razón ahora, ya la tengo, ya la tengo: bajarme de la cama para pelear. Por mí. "Holiday in the sun".
Con los hombros desnudos que al final de la temporada terminan rojos iba a tu encuentro para leer en tus polos la historia de un cerebro, cerebro convertido en vinilos, en casetes, en Cds, en Usb y en todo eso que te da una manita a la hora de juntar y sumar sonidos con sentidos. Números gigantes puestos a mano en hojas sobrias de un solo color entre cuentos y dibujos (y todos sin razón). Insectos que escaparon de unas manos y se alojaron en tu piel y mi curvatura oculta, como de un cuerpo doblado al que han querido demoler. Contigo es la paz y la sangre viene conmigo en los plásticos filudos de los bolsillos. Riendo y disintiendo aunque sea para no perder la costumbre: “Pues tú puedes tener la razón y todo, pero a mí no me parece”.
Desechas los bolsillos, volver a la calma, con la menor cantidad de peso sobre el cuerpo por el centro de una ciudad fresca y soleada que atraviesa de lado a lado muchas venas, penas: los caminos de nuestros latidos en sencillo. Apariciones como oasis en los desiertos de Arabia, y en la caliente carretera panamericana, visiones. La paz ahora viene conmigo. Siento.
Con los hombros desnudos que al final de la temporada terminan rojos iba a tu encuentro para leer en tus polos la historia de un cerebro, cerebro convertido en vinilos, en casetes, en Cds, en Usb y en todo eso que te da una manita a la hora de juntar y sumar sonidos con sentidos. Números gigantes puestos a mano en hojas sobrias de un solo color entre cuentos y dibujos (y todos sin razón). Insectos que escaparon de unas manos y se alojaron en tu piel y mi curvatura oculta, como de un cuerpo doblado al que han querido demoler. Contigo es la paz y la sangre viene conmigo en los plásticos filudos de los bolsillos. Riendo y disintiendo aunque sea para no perder la costumbre: “Pues tú puedes tener la razón y todo, pero a mí no me parece”.
Desechas los bolsillos, volver a la calma, con la menor cantidad de peso sobre el cuerpo por el centro de una ciudad fresca y soleada que atraviesa de lado a lado muchas venas, penas: los caminos de nuestros latidos en sencillo. Apariciones como oasis en los desiertos de Arabia, y en la caliente carretera panamericana, visiones. La paz ahora viene conmigo. Siento.
(*)16-4-2011
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