martes, 15 de septiembre de 2015

EDIFICIO ATLAS. Avenida Sánchez Cerro, Piura


El ritual de caminar por todos los lados del objeto para empaparme y buscar la mejor escena para el objeto (mentira, casi siempre termino dibujando desde la misma dirección a todos los objetos). Una última ida y venida por la vía más angosta fumando y mirando el perfil de la calle, listo. El alzar los ojos (y pegar las hojas a un soporte) y empezar a chorrear el lápiz de arriba abajo y de izquierda a derecha, evitando la chuecuez (a veces sí y aveces no). En ésta intersección pareciera que se juntan todos los aires de Piura y te soplaran fortísimo, desde años atrás nos hemos dado cuenta de esto entre todos los compañeros que hemos pasado buena parte de nuestra juventud reuniéndonos en una plazuela que se encuentra muy cerca de aquí.

Un edificio que siempre me ha gustado incluso desde antes que dibujara arquitectura. Un edificio con tres frentes con sus partes bien definidas: el encuentro con el piso, el cuerpo y el remate, hasta pareciera que los carteles publicitarios que están en su último piso, le caen bien. En el primer nivel, muy público, hay tiendas desde la calle y un regalo del hombre que creó el edificio en su cabeza y pensó en darle algo a la gente, una marquesina como regalo para la ciudad que te cobija y te da sombra, y que diferencia, a su vez, la calle del cuerpo principal del edificio, la pausa también, lograda gracias a infinitos y pequeños planos verticales por encima de la marquesina y el giro del edificio en su esquina, mediante un plano vertical que amarra el cuerpo e indica además: "que aquí comienza una calle y empieza otra". Hay tantos gestos en sólo este edificio...

La modulación de la fachada, usando los muros para contener los servicios y los vacíos para grandes ventanales (configurando mitad lleno, mitad vacío) el remate final de la última losa, "ligera y finita" como oposición a los balcones pesados que amarran horizontalmente e ininterrumpidamente la fachada principal. Los servicios generales como volumen único en el último piso del edificio, todo parece tan bien pensado. Incluso en el trato de las medianeras (límite con la edificación vecina), aquí existe un plano vertical que sobresale y termina de enmarcar los balcones laterales. Hasta las carpinterías están controladas, son de un único tipo: de cuatro celdas verticales (en el caso de las mamparas a los extremos, son de seis celdas,y finalmente las ventanas pequeñas, de tres). Nada se escapa al azar.

Ocaso, los últimos rayones para finalmente pegar una hoja encima del dibujo recién hecho para evitar que se manche. Caminar una cuadra hasta la plazuela Merino, comprar en una tienda china, unos papelitos finitos y de reversa volver hasta a una agencia de buses para pensar una hora después en medio de la carretera Panamericana: ¿cuántos han levantado hoy la mirada queriendo descubrir qué es lo que dibujaba un hombre con cola de caballo?. ¿Cuántas personas han detenido su apuro para pararse en la calle y mirar junto conmigo un mismo objeto? ¿Cuántas personas se han detenido para disfrutar un momento de algo que les pertenece?. Su ciudad.

Muchos.

viernes, 11 de septiembre de 2015

¿Quién soy?


Mediante dibujos, relatos y fotografías, el autor, recorre cronológicamente más de tres años escuchando relatos de maestros -e historias de ciudad- entre ideas sueños y alucinaciones. La palabra rebelde y la música en la frente, el pensamiento riguroso: "Hay que tener principios".Las aulas en la universidad y los viajes por la Panamericana. La defensa de alguna causa: "pensar diferente". Y bueno... acabar la universidad.

Pedro Córdova

viernes, 4 de septiembre de 2015

Urban Sketchers Chiclayo

Durante mi último de año en la secundaria tuve un amigo que venido de Lima, formaría junto conmigo y otro muchacho, una banda de música   punk. Tocamos oficialmente durante poco más de un año. Tiempo después; no nos volveríamos a ver nunca más (mentira, sí) después de casi siete años desde la última vez, pasó por la ciudad donde actualmente vivo y nos vimos un rato en el parque principal (el encuentro fue soso, y por suerte, no duró mucho tiempo, me despedí de él y de su chica con la que estaba y me fui). Ahora llevaba entre mis manos un librito lleno de dibujos impresos en hojas brillosas que me acababa de regalar. Yo, feliz.

La publicación era el resumen de una jornada de dibujantes en una ciudad de España, lo he devorado mil veces, mirando cada dibujo. Apenas lo abrí por vez primera, sin querer, he activado y he relacionado una actividad que tácitamente he estado haciendo como intento de escape de la reality, no eran dibujos cualquiera, eran dibujos de lugares reales de la ciudad: calles, plazas, edificios, etc, ósea, un libro de dibujantes de la ciudad, y poco a poco, he caído en cuenta que esta actividad es una tendencia mundial y tiene nombre propio: los URBAN SKETCHERS. Una actividad de carácter casi lúdico que tiene reglas mínimas: dibujar "in situ" y plasmar fielmente la realidad. El resto son ganas.

En Chiclayo, ya había dibujado varios edificios y parques anteriormente, pero de forma espontánea y muy esporádicamente. Ahora, lo estoy haciendo como una forma de documentar la vida diaria de la ciudad donde vivo y con un poco más de cuidado al elegir un lugar específico de la ciudad para dibujarlo (y no dejarlo al azar por ejemplo), así fue que decidí dejar un día -sí o sí- a la semana e ir, pararme (o sentarme) y empezar a rayar en trazos las impresiones de mi ojo, con un tiempo límite: noventa minutos. Cuatro veces he ido. La primera vez con la duda si podría dibujar la esquina llena de recovecos de un edificio del centro, la segunda vez, sentado al ocaso mirando una iglesia. La tercera, aún somnoliento por la falta de costumbre de levantarme temprano dibujando un edificio que es un instituo de cocina, y la cuarta vez (la más reciente), frente a un hospital, cuestionándome sobre una de las reglas que me había propuesto cumplir (esta última vez, demoré más de noventa minutos). Lo importante eso sí, es no dejar nada a medias, se deben terminar de hacer los dibujos siempre.

Un dibujo cada semana para documentar toda una ciudad. Esta historia continuará...


EDIFICIO ATLAS, Chiclayo. 


IGLESIA SAN RAFAEL ARCANGEL, Chiclayo.

EDIFICIO CUMBRE, Chiclayo Perú.

HOSPITAL NAYLAMP, Chiclayo