Auxilio, no me dejan escapar. Auxilio, mi perdición.
Auxilio al norte de los muertos de tierra negra.
De tierra muerta.
Yo estaba mal y me invitó a seguirla, sólo había estado esperando que alguien le dijera esto, irnos del mundo. Pero mucho me asustaba. Con ruegos y lágrimas en los ojos le imploré que no me hiciera daño, pero tampoco lo descartó, solo guardó la calma y me tranquilizó con una canción; me dijo que iba a estar aliviado al fin cuando acabe todo, que no tuviera miedo. Le dije que sólo me cuidase, que me protegiera, pero no descartó nada, le dije que sólo le quería cortar. Dijo entonces que no estaría mal, pero que -siempre manteniendo la calma- también intentaría aplacar mi dolor con dolor y más sangre. Que no tuviera miedo. Porque el dolor no es el mal, el mal es saber que no hay escapatoria, del dolor nunca más íbamos a escapar. Dijo: he estado esperando durante tanto tiempo que alguien quisiera tomar mis manos-patas para irnos en un último paso feo pero con el sueño de un escape final, donde sólo podamos escuchar los lamentos de velorios en la lejana Grecia. Y henos ahí en el desierto, en la nada, tierra muerta de la cual no puedo escapar. "Guarda la calma con una canción", vamos acepta mis manos patas. Tu muerte.
7.04.11