Chiclayo. Una canción en la voz de Ozzy Osbourne, y un soplido de humo a la ventana, desde donde Lía, la perra de la pensión, me ruega por entrar para jugar.
Intentar empacar una maleta para viajar antes del anochecer a Piura. Pienso en los planes que me rebalsan la cabeza, pensamientos que no son sólo míos, sino también, de un par de amigos más, respecto a otro viaje que haremos juntos, ésta vez al sur.
Mis amigos de la U ya volvieron o están volviendo a sus ciudades de origen, hoy me toca a mí, acabó el ciclo y viene "la parte de juntarse con las familias en ritos de año nuevo y navidad". Me distraigo.
Intento empacar mis cosas, mientras de rato en rato encuentro muñequitos que no veía hace mucho tiempo en mi habitación. Cerrar la maleta y cerrar el cerebro para dejar de pensar. A lo mejor pueda dormir un poco en el bus más allá, en el ocaso.
Enumerar infinitos recuerdos mientras hay que intentar, también, terminar de empacar.
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