martes, 27 de noviembre de 2012

Tu calorro - Estopa

Los hermanos Muñoz

Fui a la orilla del río y vi que estabas muy sola, vi que te habías dormido. Vi que crecían amapolas en lo alto de tu pecho, tu pecho hecho en la gloria. Yo me fui pa´ ti derecho y así entraste en mi memoria.

Tú me vestiste los ojos, yo te quitaba la ropa (todas las palomas que cojo vuelan a la pata coja). Tú ibas abriendo las alas, yo iba cerrando la boca, tú eras flor desarropada y yo el calorro que te arropa.

Tu perfume es el veneno que contamina el aire que tu pelo corta, que me corta hasta el habla y el entendimiento porque es la droga que vuelve mi cabeza loca. Después me quedo dormido en una cama más dura que una roca soñando que aún no te has ido, soñando que aún me tocas.

Y el sol se va sonrojando porque la noche le va cayendo, los pájaros van llegando, los árboles tienen sueño, sus hojas ya se han cansado de aguantar tanto el invierno
y yo sigo aquí a tu lado hasta que me lleve el viento.

De luto se pone el cielo que viene con nubes negras (será porque tiene celos de que esta noche te tenga). Qué oscuro que se está haciendo, échale leña a la hoguera, la hoguera del sentimiento que arde si estoy a tu vera.

A las 7 con 54 de la noche en Pimentel .
Imaginando. Dos personas con apellidos iguales.
Cuento camuflado. Cuento de contar, no de narrar.
Una nace acá en Chiclayo, se va a Piura. Uno En Piura. Doss.
Una se va para siempre. El otro desaparece. Fin.
Dos. Uno renació en una ciudad nueva.
En la misma ciudad donde había nacido Una. Dos.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Puentes de Piura


Ha llegado la lluvia cubriendo de frío las noches de tantas ciudades.
Sombras vecinas del rìo; caminamos sin escondernos del frío.
No hay nadie.

Antes de la llegada del año 2000 en el lapso de cuatro días, dos puentes se cayeron. El río se tragó fierros, concreto, combis (y personas en combis); luego se construyeron otros. 

Los puentes de Piura marcan la vida, a lo mejor cada uno tiene una personalidad, como el Sanchez cerro -céntrico- y siempre con gente; y el Cáceres que te llevaba a Castilla a la Universidad Nacional, hoy un centro comercial prácticamente la tapa; o el colgante Bolognesi, impresionante y celeste. Lo mismo los otros dos colgantes: uno bien angostito que te lleva a un hospital de volumetría impresionante en Castilla y el otro que desemboca cercad de la Plaza de Armas de Piura, medio oscuro, medio tenebroso. Por las noches caminando; cruzando un puente, desde Piura hasta Castilla, más caminar y regresar a Piura por un puente bien consolidado y estimado: del lado de Castilla Miraflores con su ex discoteca grande Queens y del lado de Piura el volteo mínimo para llegar directo a una plaza bonita y chiquita, la plazuela Merino. Entre Piura y Castilla sobre el puente Sánchez Cerro.

El Cáceres
Colgante peatonal. Altura SENATI-Piura
El Sánchez Cerro
Colgante Bolognesi
(*) Nota. Las imágenes son de internet. 



Hospital Regional Cayetano Heredia. Castilla, Piura

viernes, 23 de noviembre de 2012

MCDLXXII | Renacimiento Italiano

     San Andrés de Mantua                              I t a l y - Lombardía


Más sobre la Basílica: Destino Mantua, Italia



Acuarelas amigables

De calles y personitas                        | Por Kelly Quispe S.




viernes, 9 de noviembre de 2012

La condición ingrávida





Citando al arquitecto Chalo Palomino: hoy es la arquitectura de la tracción. 

"Basta que el ojo lo crea para que el cerebro lo valide". Una noche con el arquitecto y sus estudiantes se comentaban anécdotas, ciertas o no, pero súper buenas, resulta que cuando Paulo Mendes da Rocha (PMDR) entra a su oficina y ve un escalímetro cercano, dice: "Funciona. Consideren así la viga única para el proyecto de la Plaza del Patriarca" (de ahí nace la idea esta de la viga única con su característica sección.

Imágenes: 
1. Apunte inspirado en un apunte similar del arquitecto PMDR.
2. Plaza el Patriarca de PMDR. Foto de Nelson Kon
3. Maqueta del Taller 4-USS
4. Gráficos de ITARA Arquitectos y fotografía del arq. Itabashi (en Chiclayo)


viernes, 2 de noviembre de 2012

Como camarón

Una canción de Estopa


Superior a mí es la fuerza que me lleva en el pulso que mantengo con la oscuridad que tiñen de oscuro tus ojos negros. ¿Y que me cuentas del tiempo que pasa en tu pestañeo y que me trae por esta calle de amargura y de lamento?.

Que yo sé que la sonrisa que se dibuja en mi cara tiene que ver con la brisa que abanica tu mirada: tan despacio y tan deprisa, tan normal y tan extraño; yo me parto la camisa como camarón.


Tú me rompes las entrañas, me trepas como una araña, bebes del sudor que empaña el cristal de mi habitación. Y después por la mañana despierto y no tengo alas; llevo diez horas durmiendo y mi almohada está empapada, todo había sido un sueño, muy real y muy profundo; tus ojos no tienen dueño porque no son de este mundo. 

Que no te quiero mirar... pero es que cierro los ojos y hasta te veo por dentro; te veo en un lado y en otro, en cada foto, en cada espejo y en las paredes del metro y en los ojos de la gente... hasta en la sopa más caliente. Loco yo me estoy volviendo.


Que yo sé que la sonrisa que se dibuja en mi cara tiene que ver con la brisa que abanica tu mirada: tan despacio y tan deprisa, tan normal y tan extraño; yo me parto la camisa como camarón.

Tú me rompes las entrañas, me trepas como una araña, bebes del sudor que empaña el cristal de mi habitación. Y después por la mañana despierto y no tengo alas; llevo diez horas durmiendo y mi almohada está empapada, todo había sido un sueño, muy real y muy profundo; tus ojos no tienen dueño porque no son de este mundo. 

Y a veces me confundo y pico a tu vecina (esa del segundo que vende cosa fina)... y a veces te espero en el bar de la esquina con la mirada fija en tu portería y a veces me como de un bocado el mundo y a veces te siento y  a veces te tumbo; a veces te leo un beso en los labios y como no me atrevo, me corto y me abro.

Que yo sé que la sonrisa que se dibuja en mi cara tiene que ver con la brisa que abanica tu mirada: tan despacio y tan deprisa, tan normal y tan extraño; yo me parto la camisa como camarón.

Tú me rompes las entrañas, me trepas como una araña, bebes del sudor que empaña el cristal de mi habitación. Y después por la mañana despierto y no tengo alas; llevo diez horas durmiendo y mi almohada está empapada, todo había sido un sueño, muy real y muy profundo; tus ojos no tienen dueño porque no son de este mundo.