sábado, 28 de julio de 2012

Plano quebrado






Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma



E . E . e


ESTRUCTURA, ESPACIALIDAD, ESTÉTICA.

El arquitecto se mueve por esos tres campos, hay maquetas que alcanzan estos tres niveles y que llegan al nivel que deseamos; por ejemplo los trabajos de éste y éste”. La hemos hecho larga conversando entre los compañeros de la cátedra sobre los siguientes pasos que iremos a dar en esta siguiente etapa del proyecto. Anthony y el otro chico –ambos recién llegados a la universidad) quieren acercarse y vamos a darles chance. La caída brusca de las nueve de la noche y el recojo de las maquetas para salir a luchar otro día más: la caminata por la carretera para el cálculo del próximo capítulo.

Hay tres formas de apoyar las vigas: la primera es el apoyo en corte que supone la posición perpendicular a un muro (lo ideal es que, la viga, vaya de lado a lado en caso de muros que bien pudieran ser paralelos. Al estar así, pueden ser vigas maestras de las cuales a su vez se descuelgan otras piezas). Luego está el apoyo simple, posándose “encima de” la anchura de un muro por ejemplo, y finalmente el reposo sobre una losa estructural, el anclaje adecuado y proporcionado. Para hacer volar lo requerido, hay que confiar el ojo.

Los contenedores: dos piezas únicas: a x b y a x 2b, cada una con su armazón, no hay más. Los angostamientos para circulaciones y la negación de los volúmenes. Reivindicar el plano.

miércoles, 25 de julio de 2012

Eme


La hierba envuelta en papel aluminio, las cajas de colores, las acuarelas ya secas y las que se tienen frescas en la cabeza: las piernas, las espaldas, las historias de malas maneras para abordar los problemas de pareja. La ciudad recorrida con  una pipilla de acero en la boca, el sonido de motocicletas a las espaldas que hacen aguzar los ojos y los oídos para descubrir algo; o en todo caso, originar que -venga lo que venga- a uno lo encuentren bien parado con todo bajo control, eso se llama actitud. En fin hermano, el desgano vencería hasta el desborde final que recuerda los regazos y recuenta los pasos con los deditos entresacando de a pocos la arena del mar, haciéndola subir y bajar sobre el lomo del pie, mientras se piensa en la ausencia de pensamientos. Cuando la locura aborda, es casi igual que la realidad, pero creo que menos impredecible o tal vez no, qué sé yo. Los palillos de fósforos hasta la mitad de consumidos, el paseo a solas por la ciudad adónde siempre regreso sin darme cuenta (el mar jamás se irá, no importa después de cuánto tiempo vuelva, no importa a qué hora venga, no importa el día que venga, el mar permanecerá, es la mayor sensación de tener algo bajo control). Mi escape a cientos de kilómetros para creer que el dolor es relativo, que todo se puede si es que uno se compromete a dejar de embarrarlas; (pero incluso cuando uno mismo no es el causante, mira que al costado ¡zas, que te mandan la embarrada!). La soledad se ahoga en las gargantas tapadas en viajes a oscuras que nos sentencian a empezar las horas de la noche sin poder bajarse del escape. El adiós siempre definitivo que no llega y el quejido de alguien al costado que no quisiera pensar tanto en lo que una vez dijimos cuando no nos sentíamos tan tristes por abandonarnos en medio del camino. No fue jamás ni así de fácil.

martes, 24 de julio de 2012

Los Muertos


Gracias por la ofrenda. "Te sentimos"


Referentes en cátedra de Itabashi






Por Setiembre del 2010
Fotos por Kelly Quispe