martes, 30 de agosto de 2011

Rach Rach

Cuando las amputaciones son violentas, el muñón te duele toda la vida.


Desproporción


- Hola, llamo desde acá.
- Dale linda ¿quieres mandar saludos?
- Sí, a papi y a mami
- Oh ¿y cómo se llama tu mami y tu papi?
- Mi mami es Mónica y mi papi Luis
- Dale, ¿qué canción quieres poner?
- Sí, por favor pongan Rabiosa de Shakira.


martes, 23 de agosto de 2011

Imurpinkstar

Gruiting.-Por gavina, más abajito mamacita.
asterisco, buena vibra
OHdios!

suAve.


Estudiar arquitectura


La gente no sabe, yo no sabía, estudiar la carrera parecía banal para casi todos; cuando empezamos no era nada claro, ciclos después más o menos, hasta después de la cátedra que llevamos con tres arquitectos, el arquitecto Itabashi remeció algunas vidas. “Hay que tener rigor” siempre decía, primero no le entendía, pero él hablaba de que no haya nunca nada de más, ¿quién ha pedido hacer cosas estrambóticas? -poco a poco se le entendía. Se molestaba muchísimo; con él no se podía hacer “la finta”. Los trabajos debían ser trabajados en varios días, no en cuatro horas. “Y el nivel va a ser más alto”. Los alumnos no entendían la clase, los alumnos se distraían, a los alumnos nos dolía la barriga por las críticas, a los alumnos les aterrorizaba considerar llegar a la cátedra, los alumnos no podíamos guardar en la cabeza la palabra más importante: Moderno. Las capuchas, las ojeras, la cinco de la tarde, la noche helada, días de pausa y volver a comenzar; yo no sabía, estudiar la carrera parecía algo banal para casi todos. Pero ahí la misma palabra usada en otra acepción, rigor, ahora como resistencia, que si no hay otras fuerzas o razones, uno mismo debe autoinflarse de valor: aguante hombre. Las clases no eran obligatorias y aún con las palabras más suaves, los comentarios de los arquitectos nos deslumbraban. “No se sientan mal, busquen ser sinceros, tal vez la carrera no es, tal vez deban parar. Ya no se mientan más”. Los alumnos no entendían, tal vez queríamos creer que era de broma, que en ningún lugar del mundo ni en la peor circunstancia puedes salir tan mal, pero no era en broma. Después de las notas de mitad de ciclo se fueron las personas, algunas se quedaron porque se habían mantenido constantes en el trabajo desde el principio, otros iban a la esperanza, y unos últimos que no se retiraron por el qué dirán. Igual así con una pausa de diez días se nos encargó acabar el trabajo final. Doce alumnos presentarían. Maquetas, y planos. Todo a mano. El día de la lección definitva empezaron a aparecer las iglesias y parroquias entrando por el Campus. A las seis y media de la tarde se cerró el salón. Todos están callados afuera. Los alumnos no entendían tal vez mucho sufrían.

La lógica: En algún momento de la historia, el curso, el mal rato, la espera ansiosa, tenían que acabar, no importa cuando, pero la lógica dice que un punto de la historia así será. Primero lo primero, rememorar pedazos, fragmentos. Antes que todo, antes incluso si quiera de coger el lápiz y ponerse a bocetar, las preguntas definitorias: ¿Dónde? ¿Para quién? y ¿Cómo? (ésta última entendida como la materialización del proyecto, ¿con qué materiales construirás? ¿vas a emplear acero o no? Eso ya lo verás ¿no?), luego empezar con la investigación en sí, tal vez tengan que visitar el lugar, revisar proyectos anteriores, releer a los grandes maestros, etcétera. Explicar el edificio pero no diciendo tiene puertitas cuadradas, el piso es de arena. No. Ustedes deben manejar los términos con claridad; las partes del edificio son tres: encuentro con el piso (puede ser un zócalo, una planta libre o hasta un taco o pedestal –como el que usa Utzon en una de sus casas), después, tenemos que ver el cuerpo del edificio, el edificio en sí, si tiene volumetría simple, si es un solo cuerpo, etcétera. Y finalmente tenemos a la cubierta o remate ¿con qué techo o estructura vamos a acabar finalmente la obra? Estas tres bases son las partes del edificio. Ahora si preguntara las partes de la pieza arquitectónica, eso ya es otra cosa, entran sin fin de detalles: emplazamiento, sistema portante, cerramientos, distribución de ambientes, uso de iluminación; o sea un análisis que se ve ayudado en el programa que se tenga del proyecto.
El proceso sigue.


lunes, 15 de agosto de 2011

Historia de Amor: Horacio Oliveira vs Gekrepten


-La modista es una estafadora -dijo Gekrepten- ¿Vos te hacés hacer los vestidos por una modista, Talita?

-No -dijo Talita-. Sé un poco de corte y confección.

-Hacés bien, m'hija. Yo esta tarde después del dentista me corro hasta la modista que está a una cuadra y le voy a reclamar una pollera que ya tendría que estar hace ocho días. Me dice: "Ay, señora, con la enfermedad de mi mamá no he podido lo que se dice enhebrar la aguja." Yo le digo: "Pero, señora, yo la pollera la necesito." Me dice: "Créame, lo siento mucho. Una clienta como usted. Pero va a tener que disculpar." Yo le digo: "Con disculpar no se arregla nada, señora. Más le valdría cumplir a tiempo y todos saldríamos gananciosos." Me dice: "Ya que lo toma así, ¿por qué no va de otra modista?" Y yo le digo: "No es que me falten ganas, pero ya que me comprometí con usted más vale que la espere, y eso que me parece una informalidad."

-¿Todo eso te sucedió? -dijo Oliveira.

-Claro -dijo Gekrepten-. ¿No ves que se lo estoy contando a Talita?

-Son dos cosas distintas.

-Ya empezás, vos.

(*) Pedazo de Rayuela de Cortázar

Historia de Amor: Traveler vs Talita


- En cuanto a que no duermo bien –dijo Traveler, limpiando la navaja en un papel higiénico- vos sabés perfectamente de qué se trata.

- Pongamos que sí. Pero vos también sabés que no hay problema.

- Los problemas -dijo Traveler- son como los calentadores Primus, todo está muy bien hasta que revientan. Yo te diría que en este mundo hay problemas teleológicos. Parece que no existen, como en este momento, y lo que ocurre es que el reloj de la bomba marca las doce del día de mañana. Tic-tac, tic-tac, todo va tan bien. Tic-tac.

- Lo malo –dijo Talita- es que el encargado de darle cuerda al reloj sos vos mismo.

- Mi mano, ratita, está también marcada para las doce de mañana. Entre tanto vivamos y dejemos vivir.

Talita untó el pato con manteca, lo que era un espectáculo denigrante.

- ¿Tenés algo que reprocharme? –dijo, como si le hablará al palmípedo.

- Absolutamente nada en este momento –dijo Traveler-. Mañana a las doce veremos, para prolongar la imagen hasta su desenlace cenital.

- Cómo te parecés a Horacio – dijo Talita-. Es increíble cómo te parecés.

- Tic-tac –dijo Traveler buscando los cigarrillos-. Tic-tac, tic-tac.

- Sí, te parecés –insistió Talita, soltando el pato, que se estrelló en el suelo con un ruido fofo que daba asco-. Él también hubiera dicho: Tic-tac, él también hubiera hablado con figuras todo el tiempo. ¿pero es que me van a dejar tranquila? Te digo a propósito que te parecés a él, para que de una vez por todas nos dejemos de absurdos. No puede ser que todo cambie así con la vuelta de Horacio. Anoche se lo dije, ya no puedo más, ustedes están jugando conmigo, es como un partido de tenis, me golpean de los dos lados, no hay derecho, Manú, no hay derecho.

Traveler la tomó en sus brazos aunque Talita se resistía, y después de poner un pie encima del pato y dar un resbalón que casi los manda al suelo, consiguió dominarla y besarle la punta de la nariz.

- A lo mejor no hay bomba para vos, ratita –dijo, sonriéndole con una expresión que aflojó a Talita, la hizo buscar una postura más cómoda entre sus brazos-. Mirá, no es que yo ande buscando que me caiga un refusilo en la cabeza, pero siento que no debo defenderme con un pararrayos, que tengo que salir con la cabeza al aire hasta que sean las doce de algún día. Solamente después de esa hora, de ese día, me voy a sentir otra vez el mismo. No es por Horacio, amor, no es solamente por Horacio aunque él haya llegado como una especie de mensajero. A lo mejor si no hubiese llegado me habría ocurrido otra cosa parecida. Habría leído algún libro desencadenador, o me habría enamorado de otra mujer... Esos pliegues de la vida, comprendés, esas inesperadas mostraciones de algo que uno no se había sospechado y que de golpe ponen todo en crisis. Tendrías que comprender.

- ¿Pero es que vos creés realmente que él me busca, y que yo...?

- Él no te busca en absoluto –dijo Traveler, soltándola-. A Horacio vos le importás un pito. No te ofendas, sé muy bien lo que valés y siempre estaré celoso de todo el mundo cuando te miran o te hablan. Pero aunque Horacio se tirara un lance con vos, incluso en ese caso, aunque me creas loco yo te repetiría que no le importás, y por lo tanto no tengo que preocuparme. Es otra cosa –dijo Traveler subiendo la voz-. ¡Es malditamente otra cosa, carajo!

- Ah –dijo Talita, recogiendo el pato y limpiándole el pisotón con un trapo de cocina-. Le has hundido las costillas. De manera que es otra cosa. No entiendo nada, pero a lo mejor tenés razón.

- Y si él estuviera aquí –dijo Traveler en voz baja, mirando su cigarrillo- tampoco entendería nada. Pero sabría muy bien que es otra cosa. Increíble, parecería que cuando él se junta con nosotros hay paredes que se caen, montones de cosas que se van al quinto demonio, y de golpe el cielo se pone fabulosamente hermoso, las estrellas se meten en esa panera, uno podría pelarlas y comérselas, ese pato es propiamente el cisne de Lohengrin, y detrás, detrás...

- ¿No molesto? –dijo la señora de Gutusso, asomándose desde el zaguán-. A lo mejor estaban hablando de cosas personales, a mí no me gusta meterme donde no me llaman.

- Valiente –dijo Talita-. Entre nomás, señora, mire qué belleza de animal.

- Una gloria –dijo la señora de Gutusso-. Yo siempre digo que el pato será duro pero tiene su gusto especial.

- Manú le puso un pie encima –dijo Talita-. Va a estar hecho una manteca, se lo juro.

- Póngale la firma –dijo Traveler.
(*) Pedazo de Rayuela de Cortázar


viernes, 12 de agosto de 2011

Tears dry on their own.-

Tu nombre



Por Amy Winehouse

nostalgia
tesumare


martes, 9 de agosto de 2011

Álvaro Siza




Por Rafael Chihuán


Maqueta Iglesia para Zaña
Julio 2011


Pensar en la sociedad


La preocupación del arquitecto no son los planos, la casa, la belleza; la preocupación máxima (y primera) es la sociedad. ¿Cómo va a afectar a la humanidad lo imaginado en la cabeza? Por esto, no se tiene ningún derecho a soñar en la cabeza con cosas que no hagan avanzar a la humanidad. Los hombres y mujeres del mundo deberían vivir mejor, en igualdad y en paz, la arquitectura sólo es una pequeña parte, una pequeña aportación en nombre del hombre, pero hace falta resolver otros derechos de dignidad como una casa propia, el acceso a la cultura, una buena alimentación, una buena salud. Decía Ciriani: uno tiene que levantarse por la mañana con la idea de cambiar el mundo, si al final del día no se pudo, no se pudo pues.

"La arquitectura no es fantasía, no es irracionalidad, no es cualquier adefesio, cualquier garabato. No puede ser que ustedes a estas alturas del partido hagan composiciones así, feísimas, sin ningún sentido. ¿Qué les pasa? La composición se basa en dos criterios básicos, en pensarlos y a partir de los cuales se empieza a trabajar la idea; esos dos puntos son la proporción y la geometría. Nada es al azar".


Piñón dice: la ligeralización de la carrera, hoy en dia, estudiar arquitectura se ha convertido lo que en su época -en los cincuenta- eran la filosofía, las letras: a lo que las mujeres se metían porque podía ser bonito, creativo, colorido, Pinón dice que aunque no quisiera que fuese así, hay que admitir que tal vez, nunca más la arquitectura vuelva a tener el valor que tenía hace cuarenta,cincuenta años. Pero siempre hay una esperanza, como cuando las universidades interesadas en el lucro generan nuevas escuelas de arquitectura, ya hay tantas que ni quedan arquitectos porque ahora tienen que ser "profesores de arquitectura" , pero una nueva tal vez pueda ser la espectacular. Lo dudo.

Edison decía: "uno por ciento de inspiración y noventa y nueve por ciente de transpiración". Las ideas no vienen solas, las ideas no vienen sino, en medio del trabajo, del proceso, del boceto, nadie imagina cosas espectaculares y las pasa al papel. Nada sale de la nada. Para hacer las cosas bien hace falta trabajar todo el tiempo, La vida es objetiva, real. Decía Niemeyer: la vida es reír y llorar toda la vida, hay que aprovechar los momentos de tranquilidad y bromear un poco, después aguantar los demás. La vida es un soplo ¿no?.


Por Córdova



lunes, 8 de agosto de 2011

El compromiso real


Arquitectura, dibujar, crear, imaginar, leer, inventar, entender a los grandes maestros, sus proyectos ¡oh! el Mies Van der Rohe ¿quién antes que él? ni Le Corbusier que como con alma de escultor no lograba desprenderse bien. La frase de: “hay que tener rigor” del arquitecto Itabashi quien cita a su vez, la misma frasecita de los maestros que fueron para él. Itabashi es mi maestro, el compromiso real hasta llegar a la desazón, la verdadera defensa siempre. La verdadera causa. El compromiso.

Revolucionar, re-entender, explicar la ruptura: la emancipación, la palabra liberación nacida en el vientre de la pensada arquitectura. La pureza, la limpieza, el rigor. La asimetría, Less is More.

En la foto una obra de Ciriani el peruano francés.


Aguanta hombre


Un trabajo bien expuesto que sacó puntos de ventaja ante una respuesta inesperada: Lucio Costas fue el urbanista que hizo posible la construcción de Brasilia. Un boom. Después, a las pocas semanas en una entrega bien intencionada, bien confiada, le llevamos al arquitecto un trabajo bien bonito. La noche helada, dolorosa y tensa caminaba por la carretera. Al dictado de notas me leían los del grupo: nueve-nueve. Carajo. La tarde pegajosa, el calor, las faltas de ganas, la des-comprensión, el aislamiento de unos que escriben en las paredes la misma frase: sábado siete. Siguieron las calles de amarillos, de hermanitos gemelos y de relojes de gatitos, Rafa me daba sopa de pescados para que me duerma, así no le estorbaba, al despertarme me metían en un taxi y en descargo les contaba -al grupo- unos chistes que bien malos me salían: “Ya espérenme mamacitas, voy por una ducha y vuelvo”. Sentían rabia, pues nadie se daba lujos, era el trabajo o nada, pero qué culpa tengo yo de vivir tan cerca a la universidad. Siempre antes de llegar al campus en el taxi, viendo desde adelante a los otros tres. ¡Pobres muchachos doblados entre un trabajazo! mentira, fue el peor trabajo que presentaríamos, si hasta daban vergüenza esas cajitas rojas en transparencias. Siete de la noche y todos que salen. Los arquitectos se meten y se encierran por tres horas. Todos dan vueltas, yo nunca me junto con ellos… el resto. Nunca podrían haber sido más frías las noches de lunes y jueves a las diez de la noche en medio de la pista entre los gritos de cobradores que te gritaban: “Suba mamacita”. Y ahí, sus caritas, yo no podía, ellos me habían dicho que era cinco, pero ahí…. pero sus caritas, no era cinco, eran dos números, eran cuatro y cuatro. Devastador, a la siguiente clase dejaron de ir no sólo los del grupo, sino la mitad del taller.

La noche fría, y el deseo de regresarme, de escaparme de tanta presión y el sentimiento fallido por lo que siempre decían: No tienen rigor, no trabajan, mejor ya no vengan. Era tanto guardado, sin ningún descargo válido. “No señores, no señores, no señores”. La voz furiosa, la tensión, el sufrimiento, la agonía y el descalabro de algunos a solas, siempre a solas. Descalabros, no hay descargos, el que quiera terminar debe aguantar, no es obligatorio hacerlo, así que se entenderá que el que se queja, no sirve; no tiene rigor, no vale nada. Por eso ahí, sus caritas, dando vueltas. Nos fuimos. Los estudiantes de arquitectura con los estómagos desastrosos, el dolor, la mezcla entre el recuerdo de los amigos apaleados por policías y el erizamiento escuchando en una universidad particular, la música que uno no acostumbra a escuchar, emocionado además de. Ahí como de película, ahora no sólo estoy viéndola, ahora formaba pate de ella, de la película, los sentimientos –señorita- usted no sabría describir, yo no lo sé, es que es difícil explicar el medio, la intención; podría ayudarnos una pregunta, una primera pregunta. ¿No es raro que me veas aquí? ¿Tú, aquí? La mierda. Ni describir (ya te dije) puedo… esos cartones de mierda, ahí, que de tanto cortar entendías que ¡ah carajo! ¿desde qué hora te estarías desangrando?, otro porrazo, la pausa sedita y los pasos –más seditas- de la señora que sube a mirar lo que hacen sus inquilinos. “¿Siempre con la compañía pajarito?” La respuesta de Ajá. Es hora de regresar. ¿Y dónde has estado? En casa, es un alivio que ahora trabajemos individualmente. He traído mis primeros planos y una maqueta otra vez con esa palabra que me gusta “bienintencionada”. La sorpresa es la calidad de los demás trabajos. No entiendo cómo es que piden unas ideas primeras y ya todos traen planos desarrollados y exactos. Rayos. Salgan de los salones. Vuelvan en tres horas.

Fumaba triste en la pensión mirando nada, tal vez las zapatillas puestas con tierra, el recuerdo de la espera, las citas de Julio Cortázar, la invención de historias, las letras amarradas, la decepción de…, nada señora, no hablo de eso, el arquitecto que nos enseña dice que hay que pararse fuerte. La arquitectura, la arquitectura. Váyanse de aquí, maldita sea. Los alumnos salen. Al volver las noticias son malas, los arquitectos hablan de que nadie se salvará, que sólo hay unos dos o tres que destacan, no dicen nombres, más tarde sabríamos que eran dos. Guerrero y Neyra. A mí cuando me dicta el once, el arquitecto que nos enseña dice delante de todos: Mira yo te digo, si tú trabajaras un 10% más podrías lograr cosas, pero deja los amigos, la mala vida. Continúan con el resto de alumnos. La mayoría desaprobados como Mendoza y Rafa, no debía hablar de notas, lo sabía. La gente más se retiraba del curso, era más difícil ahora. Ahora los tres arquitectos tenían mucho más tiempo para ti. Doloroso, pero ahí aguantándole los que quedábamos. En las siguientes clases logré salvarlas, los arquitectos veían que tenía solucionado lo primero: que todo lo que se pretenda funcione bien. Ahora debía pasar a la realidad, nombres, datos, pesos, tecnología, materiales. Hormigón, acero, lamas de madera, zócalos, losas, ¿colaborarte o maciza? Ahora investigar una millonada. Logré salvarla, pero eso no me eximía del dolor: “Tú no avanzas nada, vas adelante y siempre traes lo mismo, mejor ándate a sentar”. La próxima semana es preentrega, como ya saben se va acabando el curso. Hay mucho trabajo por hacer. La presión está a punto de desbordar en todos y todas. Muy pocos van acabando el curso, esto ya depende de ti, lo que sí es seguro es que no debes hacer otra cosa que avanzar el trabajo, tiempo no te quedará, así llores. Eso se llama convicción y coraje.

Por Córdova.


El cosmos


Todo lo que existe tiene que haber tenido un principio. Necesitamos encontrar una respuesta a quién somos y porqué vivimos, al menos esa es la tendencia. Tal vez lleguemos a descubrirlo un día, por otra parte, puede ocurrir que nunca se llegue a desvelar el misterio. No obstante el misterio sí tiene solución.

(en la foto el Armstromg Buillding de Marcel Breuer)



domingo, 7 de agosto de 2011

La distancia

La familia, las bonitas avenidas, los pasos dados para delante y para atrás para matar el tiempo cuando se tenía -elmismotiempo- más escurridizo; el sol para las plantas y la tarde para la casita. Spinoza. Nietzche, y el "todo fluye". Mai bret gav güei and gon tudei reseinmint tititng. La modernidad, el pensamiento, la verdadera razón. El mantenimiento de la consideración "yuppies de mierda", al otro lado la resistencia. Nada falso, nada de más. La transparencia ahora una aberración. Ya han de haber cambiado algunos sentidos que se dijeron: nos han entumecido. La literatura, la arquitectura, la escultura, la pintura, la verdadera lucha en pro de la humanidad, sin rendición (si no se pudo, no se pudo pues). Las charlas amenas de humos encendidos entre mujeres y hombres, entre corbatas bien ceñidas y vestidos de varios colores pero no estridentes, el arte abstracto nacido en el espacio de la verdadera manifestación, un no rotundo a la plasticidad que dominaría, hoy ya lo confirmamos. Las organizaciones juveniles, la reivindicación de la palabra antisistema y el recuerdo de los muertos de hambre de Somalia, la ruptura al bienestar enjugado de tanta cosa vacía. Aunque la estafa y la banda lance las melodías de congoja, siempre -siempre- se debe recurrir a la razón, no al vacío. La hermandad, los seres humanos, el planeta, las palabras (ya no filosas), las familias, las bonitas avenidas mal venidas a estos tiempos donde la bulla nunca deja que el agua esté tibia. Los buenos términos y las palabras perfectamente usadas en el medio de la conversación. El chispazo que hizo arder la pradera.
(*) Foto por Gavina.